No hay sentimiento mas fuerte en el mundo que el amor. El odio no le llega ni a los talones, gente.
Cuando nacieron mis hijas, recuerdo haber tenido el mismo pensamiento "por ella yo entregaría mi vida, sin dudar". Y eso es amor.
Gigante.
Maternal.
Infinito.
Estamos diseñados para dar y recibir amor. Es lo que nos ayuda a vivir cada dia. Amar y ser amados.
No hay vuelta que darle.
Esta semana estuve releyendo "The Desire Map", de Danielle Laporte. Una teoría que dice que en lugar de poner nuestras metas por delante, debemos planear nuestro futuro en base a los sentimientos. Laporte ayuda a crear una lista de cinco o seis sentimientos que queremos sentir cuando alcanzamos nuestras metas, grandes o pequeñas.
Revise mi lista. Al tope de la lista escribí: "Loved" (Amada). Quiero que me cuiden, me mimen y me hagan sentir amada. Quiero que me escriban, me manden dibujitos y me den abrazos.
Quiero.
Que me quieran.
Porque cuanto mas me dan, mas puedo repartir. Y ultimamente, he estado repartiendo mucho. Mucho amor.
Los quiero. Los amo.
martes, 14 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
Casi normal
Mi cabello esta creciendo, y parezco "Casi normal" a pesar de la hinchazón por retención de líquidos y otras delicias de los efectos secundarios.
Mi cancer no se nota. La gente no lo ve y piensa que se fue, que no ya esta y suspiran aliviados.
Pero las heridas no solo están afuera, tambien duele adentro y esta cuasi-normalidad hace que estemos mas vulnerables. Solos. Porque la gente, ya no nos cuida.
Esto se suma a que queremos mostrar que podemos ser super mujeres, que esto no nos vencera y que podemos vivir una vida casi como vivíamos un año atras. Casi normal. Casi vida.
Pero después caemos en la cama y el cuerpo nos recuerda que debemos cuidarnos, que aun estamos en tratamiento, que todavia faltan unos meses, que esto no se va.
A pesar de las ganas, el cabello y la fortaleza, nuestro cuerpo esta tratando de regresar y para eso falta mucho. Para estar de vuelta.
Igual agradezco a quienes me halagan el cabello que crece aunque la procesion, vaya por dentro.
Mi cancer no se nota. La gente no lo ve y piensa que se fue, que no ya esta y suspiran aliviados.
Pero las heridas no solo están afuera, tambien duele adentro y esta cuasi-normalidad hace que estemos mas vulnerables. Solos. Porque la gente, ya no nos cuida.
Esto se suma a que queremos mostrar que podemos ser super mujeres, que esto no nos vencera y que podemos vivir una vida casi como vivíamos un año atras. Casi normal. Casi vida.
Pero después caemos en la cama y el cuerpo nos recuerda que debemos cuidarnos, que aun estamos en tratamiento, que todavia faltan unos meses, que esto no se va.
A pesar de las ganas, el cabello y la fortaleza, nuestro cuerpo esta tratando de regresar y para eso falta mucho. Para estar de vuelta.
Igual agradezco a quienes me halagan el cabello que crece aunque la procesion, vaya por dentro.
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